Ese no lugar llamado ciberespacio

La web no es un tablón de anuncios, ni un almacén de datos, sino un lugar de interacción y diálogo. Para las empresas es un lugar para hacer negocio, un mercado. Para los colectivos sociales o empresas con proyección social y educativa debe ser mucho más: un lugar para intercambiar, compartir, un lugar para trabajar cooperativamente y para la ayuda mutua.


Qué es el ciberespacio
 
El término “ciberespacio” fue popularizado por la novela de William GibsonNeuromante, publicada en 1984,
Aunque el ciberespacio no debe confundirse con Internet, el término se refiere a menudo a los objetos e identidades que existen dentro de esta red informática.
Juan Urrutia que estudió el impacto sobre los movimientos sociales de Internet y la configuración de la red gran social la ve cada vez menos como una red descentralizada y cada vez más como una red distribuida.

Donde se ve claramente que el ciberespacio, llamado por algunos un no lugar, es realmente un espacio por sus características, por las actividades que se ejercen no sólo a través de él, sino en él. Un espacio que no es imaginado ni inventado por las nuevas tecnologías sino real, desde siempre. Un libro es ya ciberespacio y antes de él las pinturas rupestres ya eran ciberespacio, pues aunque se apoyaran en un espacio físico, también el ciberespacio tiene un soporte físico aunque liviano, los contenidos de las páginas de los libros o las paredes de roca de las pinturas primitivas son mucho más que sus significantes. El ciberespacio es, por tanto, un soporte y su novedad reside en su liviandad, en su flexibilidad, en su instantaneidad y permanencia, pero es, además, más que su soporte, como un libro es mucho más que el papel o la tinta con que está escrito.